Información general | IA y el trabajo

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Transformación Económica en Marcha

La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en las actividades económicas está provocando una transformación profunda en el mundo del trabajo. Lejos de ser una tecnología futurista, la IA ya es una fuerza tangible que redefine cómo producimos, consumimos, decidimos y nos relacionamos laboralmente. Desde la automatización de tareas hasta la creación de nuevos roles, su impacto es multifacético y plantea desafíos tan grandes como oportunidades. Por Joaquín Ramírez Souto Buenos Aires, 10 de octubre de 2025. Uno de los efectos más visibles de la IA es la automatización de tareas repetitivas y rutinarias. Actividades como la entrada de datos, atención al cliente básica, contabilidad operativa o control de inventarios están siendo asumidas por algoritmos y sistemas inteligentes. Esto ha generado preocupación por la posible pérdida de empleos, pero también ha abierto la puerta a una redistribución de funciones.

Según el Fondo Monetario Internacional, cerca del 40% de los empleos a nivel global están expuestos a la IA. En economías avanzadas, ese porcentaje asciende al 60%, aunque no todos los trabajos serán reemplazados: muchos serán complementados por la tecnología, permitiendo que los trabajadores se enfoquen en tareas de mayor valor agregado.

Aumento de la productividad y eficiencia

La IA no solo reemplaza tareas, también potencia la productividad. En sectores como servicios financieros, publicación de software y logística, el crecimiento de la productividad se cuadruplicó desde la adopción de IA generativa en 2022. Empresas como Naranja X en Argentina reportan aumentos de hasta un 40% en la eficiencia de sus equipos gracias a agentes conversacionales y asistentes legales basados en IA. Además, la IA mejora la toma de decisiones empresariales al analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real, optimizando procesos y reduciendo errores.

La emergencia de estas nuevas herramientas requiere la adquisición de nuevas habilidades a los trabajadores y promueve su reconversión laboral. De este modo, el reskilling, o sea el proceso de "reciclaje profesional", por la vía de adquirir nuevas habilidades y conocimientos para desempeñar un nuevo rol laboral, a menudo dentro de la misma empresa y el upskilling, que se enfoca en mejorar las habilidades existentes para el mismo puesto, se han convertido en estrategias clave para mantener la empleabilidad. 

Las competencias más demandadas incluyen:
* Alfabetización digital y manejo de herramientas de IA
* Pensamiento crítico y resolución de problemas complejos
* Creatividad, empatía y comunicación interpersonal

Según PricewaterhouseCoopers, una firma multinacional de servicios profesionales, conocida por ofrecer servicios de auditoría, consultoría y asesoramiento fiscal a empresas y organizaciones, los trabajadores con conocimientos en IA recibieron una prima salarial del 56% a nivel global en 2024, y hasta un 25% en Argentina. Esto refleja un cambio en las prioridades de contratación: ya no se busca solo experiencia, sino capacidad de adaptación tecnológica.

La IA está impactando transversalmente en todos los sectores:

Sector
Transformación impulsada por IA
Finanzas
Análisis predictivo, gestión de riesgos, personalización
Salud
Diagnóstico asistido, gestión de datos clínicos
Educación
Planes de clase automatizados, asistentes pedagógicos
Manufactura
Robots inteligentes, mantenimiento predictivo
Retail
Recomendaciones personalizadas, optimización de stock
Recursos Humanos
Reclutamiento automatizado, análisis de clima laboral
Incluso sectores tradicionalmente menos expuestos, como minería o construcción, están incorporando IA para mejorar procesos y seguridad.

Desigualdad y desafíos éticos

El impacto de la IA no es homogéneo. Puede profundizar desigualdades si no se gestiona adecuadamente. Los trabajadores que logren adaptarse serán más valiosos, mientras que quienes no puedan hacerlo podrían quedar rezagados. Además, surgen interrogantes sobre privacidad, sesgos algorítmicos y derechos laborales. La Organización Internacional del Trabajo advierte que el verdadero desafío no es la pérdida masiva de empleos, sino la reconversión de perfiles y la protección de los más vulnerables.

Es que la IA no está quitando valor al trabajo humano, lo está redefiniendo. En lugar de competir, la tendencia apunta a una colaboración entre personas y máquinas. Las empresas que adopten este enfoque -centrado en la ética, la capacitación continua y la inclusión- estarán mejor posicionadas para liderar la nueva economía.

Con su expansión y consiguiente implantación en diversas actividades, la IA se ha convertido además en un campo específico de la actividad económica. Para ser parte del mismo y trabajar con inteligencia artificial (IA) se requiere una combinación de habilidades técnicas, analíticas y humanas. A medida que esta tecnología se integra en múltiples sectores, las competencias necesarias para destacarse en el campo se han diversificado. 

Habilidades técnicas esenciales

• Programación: Dominio de lenguajes como Python, R, Java o C++ es fundamental. Python, en particular, es ampliamente utilizado por su simplicidad y sus bibliotecas especializadas (TensorFlow, PyTorch, Scikit-learn).
• Estadística y matemáticas: Comprender teoría de la probabilidad, álgebra lineal y cálculo es clave para diseñar y evaluar modelos de IA.
• Aprendizaje automático (Machine Learning): Conocer técnicas de regresión, clasificación, clustering y redes neuronales profundas (Deep Learning).
• Manejo de datos: Saber recolectar, limpiar, analizar y visualizar datos con herramientas como Pandas, SQL o Power BI.
• Conocimiento de frameworks y herramientas: Familiaridad con plataformas como Keras, OpenCV, Hugging Face, y entornos de desarrollo como Jupyter Notebooks.



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