Política | Reclamo universitario
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La UBA denuncia el ajuste de Milei
La UBA denuncia ajuste del Gobierno y reclama por fondos para salud y educación con medidas de fuerza. Trabajadores de la universidad pública toman medidas de fuerza en reclamo por la crítica situación y los salarios deteriorados por la inflación. Afirman que los fondos actuales son insuficientes. Por Mailén González Buenos Aires, 27 de junio de 2025. En el contexto de una nueva medida de fuerza, la Universidad de Buenos Aires (UBA) volvió a exigir este miércoles una recomposición salarial urgente y una actualización presupuestaria integral para sus funciones esenciales en Educación y Salud. Las autoridades universitarias señalaron que los fondos actuales resultan insuficientes y denunciaron una grave pérdida de poder adquisitivo que compromete el funcionamiento institucional.
Uno de los reclamos centrales se dirigió al presupuesto destinado al área de salud, congelado desde abril de 2024. Desde ese momento, afirman que el Gobierno no volvió a realizar una actualización en el monto asignado, lo que dejó el presupuesto anual 2025 con un incremento del 0%.
Esta situación resulta crítica si se considera que la inflación acumulada en CABA desde abril del año pasado ya supera el 70%, mientras que varios insumos y servicios del sistema sanitario han registrado aumentos aún mayores.
Por otra parte, la función educativa de la universidad recién recibió una actualización del 20% en abril de 2025, luego de permanecer congelada durante doce meses. Sin embargo, ese ajuste apenas cubrió un tercio de la inflación del mismo período, lo cual limitó de forma significativa la operatividad de la institución en todos sus niveles académicos.
La significación de la UBA
Para medir el alcance del desguace provocado por la administración Milei en la educación superior, es preciso considerar la significación de la Universidad de Buenos Aires en el ecosistema científico tecnológico del país. La Universidad de Buenos Aires (UBA) cuenta con más de 350.000 estudiantes, lo que la convierte en la universidad pública más grande de Argentina y está considerada uno de los centros de estudios más prestigiosos de América. En el ranking 2024, ocupa el lugar 71 en la Clasificación mundial de universidades QS, que la ubica como una de las mejores universidades de Iberoamérica con base en su calidad de enseñanza, su nivel de investigación y su internacionalización.
Cerca del 30 % de la investigación científica del país se realiza en sus 72 institutos de investigación. Cinco ganadores argentinos del Premio Nobel han sido estudiantes y/o profesores de esta universidad (Carlos Saavedra Lamas, Bernardo Houssay, Luis Federico Leloir, Adolfo Pérez Esquivel y César Milstein) y dieciséis presidentes egresaron de la UBA, de los que Alberto Fernández fue el último.
Está conformada por trece facultades, seis establecimientos de educación secundaria, ocho centros universitarios regionales, el Centro Cultural Ricardo Rojas, la Editorial Universitaria de Buenos Aires, el Cine Cosmos, 22 museos y cinco unidades asistenciales.
Cuenta con un total de 110 carreras de grado y 116 títulos derivados de aquellas (que constituyen un tercer nivel en la enseñanza), además de 550 carreras de posgrado que son de cuarto nivel (especializaciones y maestrías), de quinto nivel (doctorados) y de sexto nivel (posdoctorados). El ingreso a la universidad es irrestricto, aunque desde 1985 el primer año de todas las carreras lo constituye el Ciclo Básico Común (CBC), que debe ser aprobado antes de poder ingresar a la carrera correspondiente.
Los salarios de la UBA pierden contra la inflación
Los salarios de trabajadores docentes y no docentes también forman parte del reclamo. Si se toma como referencia el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC, la inflación acumulada desde noviembre de 2023 alcanzó el 250%, mientras que los salarios aumentaron apenas un 95%, lo que representa una pérdida superior al 40% en el poder de compra.
$570.905, con una garantía salarial de $220.000 adicionales.
En
el caso de los docentes iniciales, sus ingresos no alcanzan el Salario
Mínimo, Vital y Móvil, que en mayo fue de $308.200, con un básico de
$200.000 y una garantía de $250.000.
Un médico residente en un
hospital universitario percibe alrededor de $1.200.000, mientras que un
profesor titular con dedicación exclusiva y sin antigüedad cobra
$1.500.000. En tanto, un no docente profesional (categoría 5) tiene un
básico de $822.106 más $100.000 en garantía salarial.
En 2024, el presupuesto general de la UBA fue de $590.000 millones, equivalentes a 490 millones de dólares. De esa cifra, el 85% se destinó al pago de salarios, mientras que el 15% restante, unos $100.000 millones (USD 80 millones), fue asignado a gastos de funcionamiento.
De ese último porcentaje, la mitad se repartió entre la función educativa y de investigación, y la otra mitad para el área de salud. En comparación con otras instituciones de la región, el presupuesto por alumno de la Universidad de San Pablo (USP) es 15 veces mayor, y el de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) 8 veces más alto.
Servicios esenciales en riesgo
La UBA también detalló cuáles son los principales gastos no salariales que deben sostenerse con fondos actualizados. Entre ellos se encuentran servicios públicos, becas estudiantiles, programas de investigación, limpieza y seguridad, conectividad y mantenimiento de edificios.
Además, otros programas fundamentales podrían verse reducidos o suspendidos si no se recompone su valor en el presupuesto. Algunos de ellos son las Becas Sarmiento, Avellaneda y Rojas, los proyectos UBANEX y UBATIC, el programa UBA en Acción, y diversas iniciativas de gestión ambiental y energética.
Un becario de investigación recibe actualmente $880.000 mensuales. Sin embargo, ese estipendio —atado al salario— perdió casi la mitad de su valor real debido a la inflación. La misma situación afecta a los gastos de funcionamiento de laboratorios e institutos de investigación, que han visto reducido su alcance y operatividad.
Por su parte, el valor hora cátedra para los docentes secundarios de la UBA se encuentra un 25% por debajo del que reciben los docentes de las escuelas secundarias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, generando un nuevo punto de tensión dentro del sistema educativo.
Desde la institución, remarcaron que los niveles actuales de infrafinanciamiento comprometen no sólo la calidad académica y la atención en salud, sino también el funcionamiento básico de toda la estructura universitaria. La UBA reclamó una respuesta urgente del gobierno nacional, una actualización presupuestaria acorde a la inflación real, y una revisión de la política salarial.
Las autoridades universitarias insistieron en que "la defensa del sistema universitario público requiere recursos, no solamente compromiso", y reiteraron su disposición al diálogo, siempre que las respuestas incluyan medidas concretas para revertir el deterioro. La continuidad del conflicto dependerá ahora de la reacción oficial ante estos reclamos.
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