Política | Más trabajo, menos descanso

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Se extiende el pluriempleo

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el fenómeno del pluriempleo se consolida como una estrategia cada vez más frecuente entre los trabajadores para sostener sus ingresos en un contexto económico desafiante. Según el último informe del Instituto de Estadística y Censos de la Ciudad (Idecba), el 12,6% de la población ocupada porteña tiene dos o más empleos, lo que equivale a unas 198 mil personas que reparten su tiempo entre múltiples actividades laborales. Por Mateo Salvo Buenos Aires, 24 de octubre de 2025. Este dato surge del relevamiento trimestral de la Encuesta de Ocupación e Ingresos (ETOI), que permite caracterizar la dinámica del mercado laboral en el distrito. El informe revela que quienes ejercen pluriempleo dedican en promedio 46,1 horas semanales al trabajo, de las cuales 12,8 horas corresponden a la segunda ocupación. Esta carga horaria adicional se suma a jornadas laborales ya extensas, lo que plantea interrogantes sobre el equilibrio entre vida personal y profesional.

El pluriempleo se distribuye de forma desigual entre los géneros. El 53,3% de quienes tienen más de un trabajo son mujeres, mientras que el 46,7% son varones. Esta diferencia puede estar vinculada a la necesidad de complementar ingresos en hogares donde las mujeres asumen responsabilidades económicas centrales, o bien a la flexibilidad que ofrecen ciertos sectores laborales donde ellas tienen mayor presencia.

La mayoría de los trabajadores con más de un empleo mantiene una inserción bajo relación de dependencia en su ocupación principal. El 84,4% de ellos son asalariados, lo que indica que el pluriempleo no necesariamente implica precariedad en el primer trabajo. Sin embargo, en la segunda ocupación se observa un aumento significativo de la proporción de trabajadores por cuenta propia, que alcanza el 35,8%, un valor 13,8 puntos porcentuales superior al registrado en el empleo principal.

En cuanto al tipo de actividad, el sector servicios domina ampliamente el escenario del pluriempleo. El 93,5% de las segundas ocupaciones se desarrollan en este ámbito, lo que incluye tareas vinculadas a la educación, la salud, la consultoría, las finanzas y otros rubros profesionales. Además, el 81,3% de estas ocupaciones secundarias se desempeñan en el sector privado, aunque este porcentaje es inferior al 88,1% observado en el empleo principal.

Uno de los aspectos más destacados del informe es el nivel educativo de la población pluriempleada. Más del 60% de quienes tienen una segunda ocupación poseen estudios superiores completos, mientras que entre quienes tienen un solo empleo esa proporción es del 43,9%. Este dato sugiere que el pluriempleo no está necesariamente asociado a la falta de formación, sino que puede responder a la necesidad de sostener un nivel de vida acorde con las expectativas profesionales y personales.

La digitalización también juega un papel clave en esta dinámica. El 48,8% de los puestos en la segunda ocupación se realizan bajo modalidad de teletrabajo, una proporción muy superior al 34,9% observado en el empleo principal. Esta diferencia indica que las tareas a distancia facilitan la compatibilidad entre distintas fuentes laborales, especialmente en sectores donde la presencialidad no es un requisito excluyente.

El mercado laboral porteño presenta una estructura fragmentada. Tres de cada cinco trabajadores se desempeñan en unidades económicas con menos de 40 empleados, lo que refleja una alta proporción de pequeñas y medianas empresas. Además, el 72,6% de la población ocupada trabaja bajo condición asalariada, pero el 28,4% no recibe descuentos jubilatorios, lo que evidencia un alto grado de informalidad incluso entre quienes tienen relación de dependencia.

Entre los trabajadores por cuenta propia, el 30,2% no está registrado para ejercer su actividad, y un 5,6% tiene registro pero no realiza los pagos de manera regular. En conjunto, un tercio de los cuentapropistas se encuentra fuera de las regulaciones formales, lo que limita su acceso a derechos laborales y prestaciones sociales.

En este contexto, el pluriempleo aparece como una respuesta a la pérdida de poder adquisitivo y a la persistencia de la informalidad. Aunque el informe no analiza las causas profundas del fenómeno, la necesidad de complementar ingresos y la dificultad para acceder a empleos estables explican buena parte de la tendencia.

La sobreocupación horaria también es un indicador relevante. El 24,4% de la población económicamente activa trabaja más de 45 horas semanales, mientras que la tasa de subocupación se ubica en 10,3%, un valor similar al del año anterior. Estas cifras muestran la coexistencia de distintos niveles de carga laboral dentro de la Ciudad: mientras un segmento busca más horas de trabajo, otro enfrenta jornadas extendidas o múltiples empleos.

El pluriempleo, entonces, no solo refleja una estrategia individual frente a la incertidumbre económica, sino también una transformación estructural del mercado laboral. La posibilidad de combinar empleos, especialmente mediante el teletrabajo, plantea nuevos desafíos para la regulación, la protección social y la calidad de vida de los trabajadores. En una ciudad donde el costo de vida es elevado y la informalidad persiste, la multiplicidad de ocupaciones se convierte en una herramienta a la que muchos se ven obligados a recurrir para sostener el presente y proyectar el futuro.



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