Legislativas | Panorama incierto en la política

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La centroderecha en crisis

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tradicional bastión del PRO desde los albores del liderazgo de Mauricio Macri, atraviesa una transformación política profunda de cara a las elecciones legislativas del 26 de octubre. El escenario porteño, históricamente dominado por la centroderecha, se ha visto sacudido por el avance de La Libertad Avanza (LLA), el partido del presidente Javier Milei, que logró imponer a su candidato Manuel Adorni en los comicios previos de mayo, desplazando al PRO a un tercer lugar con apenas el 15,8% de los votos. Por Martín Pérez Díaz Buenos Aires, 12 de setiembre de 2025. Este resultado en los comicios locales adelantados no solo representó un quiebre simbólico en la hegemonía macrista en la ciudad, sino que también expuso las tensiones internas de la alianza LLA-PRO, que se encuentra en una encrucijada estratégica. Mientras algunos sectores del PRO insisten en mantener autonomía y valores fundacionales, otros reclaman una integración más pragmática con el oficialismo libertario, especialmente en la provincia de Buenos Aires, donde los resultados fueron aún más adversos.

La derrota de Silvia Lospennato en CABA fue interpretada como un fracaso estrepitoso por los propios dirigentes del PRO. La división interna entre los sectores alineados con los Macri, los desprendimientos de figuras como Horacio Rodríguez Larreta, y la falta de una narrativa renovada frente al discurso disruptivo de Milei, contribuyeron a una campaña deslucida y sin tracción electoral.

La noche del 19 de mayo dejó al PRO en estado de shock. La diferencia de quince puntos entre Adorni y Lospennato fue mucho más abultada de lo previsto, y generó pases de factura internos. Algunos dirigentes pidieron libertad de acción para negociar directamente con Milei en la provincia, reconociendo que “se cometieron muchos errores en la campaña” y que “había que esperar a octubre para negociar con Milei”.

En la provincia de Buenos Aires, el peronismo unido bajo el lema Fuerza Patria logró un triunfo arrollador, con el 46,93% de los votos frente al 33,85% de LLA. Este resultado no solo consolidó el liderazgo de Axel Kicillof, sino que también envió un mensaje claro al gobierno nacional: las políticas de ajuste, el recorte de obra pública y el desfinanciamiento de áreas sensibles como salud, educación y cultura, tienen un costo político tangible.

Kicillof, acompañado por Sergio Massa y Verónica Magario, fue enfático en su discurso: “Las urnas le dijeron al presidente que no se puede frenar la obra pública, que no se le puede pegar a los jubilados, que no se puede abandonar a las personas con discapacidad”. La victoria en distritos clave como La Matanza, donde Fuerza Patria duplicó en votos a LLA, refuerza la idea de que el peronismo conserva una base territorial sólida y movilizada.

LLA en tensión

Aunque LLA logró imponerse en CABA, su desempeño en la provincia revela límites estructurales. La falta de una estructura partidaria consolidada, la dependencia casi exclusiva de la figura presidencial, y la creciente presión social por la crisis económica, configuran un panorama complejo para Milei.

La inflación persistente, el aumento de la pobreza y la conflictividad social han erosionado el capital político del presidente. Las medidas de ajuste, aunque celebradas por sus seguidores más fieles, han generado rechazo en amplios sectores de la población. En este contexto, la elección legislativa de octubre se presenta como un referéndum sobre el rumbo del gobierno.

La alianza entre LLA y el PRO, que parecía estratégica en los primeros meses de gobierno, hoy se tambalea. Mientras Milei capitaliza el desgaste del macrismo en CABA, en la provincia los intentos de acercamiento se enfrentan a resistencias internas. La posibilidad de un pacto más formal entre ambas fuerzas dependerá de los resultados de octubre y de la capacidad de ambos espacios para redefinir sus identidades sin perder base electoral.

Para el PRO, el desafío es doble: reconstruir su liderazgo en la ciudad y evitar la irrelevancia en el escenario nacional. Para LLA, el reto es institucionalizar su fuerza sin perder el impulso antisistema que lo llevó al poder. En medio de una crisis económica que se acentúa, con indicadores sociales alarmantes y una polarización política creciente, la elección legislativa se perfila como un punto de inflexión.

La Ciudad de Buenos Aires ya no es el bastión amarillo que fue durante dos décadas. El avance de LLA, el derrumbe del PRO y la reconfiguración del peronismo en la provincia delinean un nuevo mapa político. Octubre será decisivo no solo para definir bancas, sino para establecer el equilibrio de poder entre oficialismo y oposición, y para anticipar el futuro de una Argentina que busca rumbo en medio de la tormenta.



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