Política | Elecciones 2025

23/05

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Cambios políticos

La derrota histórica del PRO (Propuesta Republicana) en su propio bastión a manos del oficialista La Libertad Avanza señalan un cambio profundo en el mapa político porteño. Este resultado refleja a un electorado que busca nuevos liderazgos que prometen renovación y ruptura con lo tradicional. El presidente Javier Milei se erige como el gran ganador, capitalizando ese descontento, mientras que Mauricio Macri sufre una dura derrota que pone en jaque su liderazgo y el futuro del mismo PRO. Al mismo tiempo, se consolidó el frente opositor encabezado por el peronismo. Todo en un marco de fuerte ausentismo electoral. Adorni sacó ventaja entre los residentes extranjeros. Por Mailén González Buenos Aires, 23 de mayo de 2025. Los resultados de los comicios legislativos en la Ciudad de Buenos Aires marcaron un punto de inflexión en la política porteña. Con una victoria estrecha pero de alto impacto político, el vocero presidencial Manuel Adorni logró imponerse como el candidato más votado y consolidar a su espacio, el oficialista La Libertad Avanza (LLA), como una de las principales fuerzas en la Legislatura.

El segundo lugar fue para el peronismo, con Leandro Santoro como principal referente, mientras que el PRO, encabezado por Silvia Lospennato y tras casi dos décadas de hegemonía en la ciudad, quedó relegado al tercer puesto.

El desenlace de esta elección no solo modifica la correlación de fuerzas dentro de la Legislatura porteña, sino que también evidencia un cambio más profundo en las preferencias del electorado. El ascenso del espacio libertario, impulsado por la figura nacional del presidente Javier Milei, encuentra en la capital argentina un terreno fértil que hasta hace poco parecía reservado al macrismo. El escenario había sido anticipado por las elecciones presidenciales de 2023, en las que Milei había ganado por el 57,24% de los votos. En comparación, ahora perdió casi la mitad de esos votos.

Al mismo tiempo, la caída del PRO abre un debate sobre su futuro y su papel en una oposición que aparece cada vez más fragmentada. Los datos oficiales confirmaron una dura derrota para el partido amarillo y para su líder, Mauricio Macri, quien participó activamente de la campaña.

Con una participación cercana al 53%, el nivel más bajo en una elección legislativa desde el retorno de la democracia en Argentina, el resultado refleja una combinación de desafección política, cambio generacional y una nueva apuesta por discursos de ruptura.

El analista político Roberto Nolazco, gerente del área de Asuntos Públicos e Issue Management de Prospectiva Public Affairs Latam, sostiene que el triunfo de La Libertad Avanza muestra claramente su crecimiento en los últimos dos años, no solo en el interior del país, como ocurrió en 2023, sino también en grandes centros urbanos. “Ese crecimiento parecería ser a costa del PRO y los partidos tradicionalmente no peronistas. Esto si bien es esperanzador para LLA, a su vez le pone el desafío del próximo Congreso Nacional: si esto se replica en todo el país, LLA tendrá más representación, pero su aliado PRO, que apoyó sus iniciativas, no”, explica.

En cuanto a la crisis del PRO, que incluyen críticas a la gestión actual del jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, se le sumó la nacionalización de la elección. Para Nolazco, el partido fundado por Mauricio Macri enfrenta un serio desafío de supervivencia de cara a las elecciones presidenciales de 2027: su identidad como alternativa al peronismo le fue arrebatada por una opción popular, actualmente en el Gobierno nacional, que ha logrado resultados positivos en la agenda que más le importa al votante del PRO, principalmente la económica.

Con respecto al peronismo, el analista destaca la buena elección de Santoro en términos porcentuales, tal como se esperaba. Según Nolazco, el piso histórico del peronismo en la Ciudad de Buenos Aires es alrededor del 20%, y cuanto más se acercara al 30%, mejor sería la elección. En el balotaje presidencial de dos años atrás, el candidato del peronismo había obtenido en la ciudad el 42,75%. El mismo Santoro, compitiendo con Jorge Macri que en esa ocasión araño el 50 por ciento de los votos, había reunido el 32,27% de los votos.

Pese al segundo puesto, Samantha Olmedo, consultora política especializada en opinión pública y coordinadora académica en la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad Católica Argentina (UCA), indica que Santoro puede considerarse un ganador en términos de capital, anclado como la principal oposición al PRO y a LLA por igual. “Al ser candidato hace varios años, salió ileso de las críticas de "bajarse el precio" y de que figuras grandes tengan que jugar en la legislativa, como sí hicieron el PRO con Lospennato y LLA con Adorni, con un riesgo alto”, señala a France 24.

¿Cómo queda la Legislatura?

Estas elecciones legislativas en la Ciudad de Buenos Aires renovaron 30 de las 60 bancas que componen la Legislatura porteña. Tras los comicios, el mapa político porteño quedó más fragmentado que nunca, sin mayorías definidas.

El bloque Es Ahora Buenos Aires (peronismo) se consolidó como primera minoría con 20 bancas, seguido por La Libertad Avanza (LLA), que obtuvo 13 escaños. El PRO, que durante casi dos décadas fue la fuerza dominante en la Ciudad, quedó relegado a 10 bancas. Más atrás se ubicaron Volvemos Buenos Aires, el nuevo espacio del exjefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, y la Unión Cívica Radical (UCR), con 5 bancas cada uno.

Completan el Parlamento local el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), con 2 bancas; la Coalición Cívica, con una; y otros espacios menores que reúnen 4 escaños entre todos.

De esta manera, el PRO enfrentará serios problemas para conseguir el respaldo necesario para aprobar leyes y gobernar, como lo hizo desde 2007. No solo está lejos del quórum mínimo de 31 legisladores, sino que también está alejado de los 20 escaños requeridos para impedir un posible juicio político contra Jorge Macri.

En este nuevo escenario, el PRO deberá repensar su estrategia dentro de la Legislatura. Ya no puede apoyarse solo en su fuerza tradicional ni dar por sentado que tiene el control. La aparición de nuevos actores y la fragmentación de bancas complican su tarea para ser una oposición sólida.

Gonzalo Sarasqueta, director del Máster en Comunicación Política y Empresarial de la Universidad Camilo José Cela, sostiene que el proceso en la ciudad será muy duro para el PRO. “Obviamente, siempre teniendo en cuenta que tienen la Ciudad de Buenos Aires dos años más para mostrar y demostrar algo ahí. Jorge Macri, que por ahora no ha demostrado mucho en gestión, se encuentra en un escenario entrópico, donde este proceso, que irá ganando cada vez más fuerza, comenzará ahora con las elecciones de la provincia de Buenos Aires. Allí enfrentan dos opciones, ambas malas: ser la muleta de La Libertad Avanza, o presentar un candidato propio que no va a arrastrar casi nada para el PRO. Siempre le costó a la provincia de Buenos Aires competir con la ciudad, y ahora creo que le va a costar más que nunca”.

Lo sucedido en la Ciudad no es solo un cambio en la Legislatura porteña, sino que abre un interrogante: ¿podría repetirse algo parecido en las legislativas nacionales de octubre? Para Nolazco, es complicado hacer una lectura directa de lo que pasó en la Ciudad y pensar que eso se va a repetir en las legislativas nacionales. “Primero, porque falta mucho y pueden pasar muchas cosas en el medio. Segundo, porque los candidatos que compitan en cada provincia van a ser distintos y eso influye. Y tercero, porque en octubre no se vota una sola elección nacional, sino 24 distritos diferentes, cada uno con sus particularidades”, precisa.

Para el politólogo, aunque La Libertad Avanza haya ganado terreno en la Ciudad, no significa que vaya a arrasar en todo el país o que vaya a desbancar al PRO en todos lados. “En provincias como Entre Ríos, Córdoba o Buenos Aires, la dinámica puede ser muy distinta. Más que un pronóstico, esto es una señal de que el sistema de partidos se está reordenando y que nuevas fuerzas buscan espacio. Pero habrá que esperar y ver cómo se acomodan las piezas”, concluye.

Esta elección en la Ciudad de Buenos Aires no solo refleja un cambio en las bancas de la Legislatura, sino que también pone en evidencia una transformación más profunda en la política argentina. El ascenso de nuevas fuerzas como La Libertad Avanza desafía los viejos esquemas y obliga a los partidos tradicionales a repensar sus estrategias. Mientras tanto, el electorado parece buscar respuestas distintas, marcando un escenario abierto y en constante movimiento de cara a los próximos desafíos electorales.

El voto extranjero

La incorporación de casi medio millón de extranjeros al padrón electoral porteño, no sólo significó un incremento de casi el 20% de los votantes, sino también impactó en las cifras de participación. Su participación fue de apenas el 14%.

En este electorado, Manuel Adorni consiguió un amplio triunfo. Se impuso con el 39,48% de los votos, casi 10 puntos más sobre el resultado global obtenido en el resto de la Ciudad. Silvia Lospennato (PRO) quedó en esa mesa con un peor resultado.

El vocero presidencial cosechó 39,48% de los sufragios positivos (30.502 votos) en la mesa de votantes extranjeros, cuando en el promedio general había logrado el 30 por ciento. Ese mayor apoyo se explica porque Silvia Lospennato (PRO) no pudo retener otra parte significativa del voto que respaldaba, tradicionalmente, al macrismo local: apenas obtuvo el 10% (7.735), unos 6 puntos menos que el 16% alcanzado en el resultado global porteño.

Santoro, en representación del peronismo porteño, mantuvo el segundo lugar en la mesa de extranjeros y consiguió el 26,85% (20.749 votos), un punto menos que en el resultado general de CABA.

Los datos se desprenden del escrutinio provisorio procesado por el Grupo MSA, responsable del sistema de Boleta Única Electrónica (BUE), según informó Clarín. Como se sabe, la participación general, sumando votantes locales y extranjeros, fue del 53,35%, el porcentaje más bajo registrado desde que el distrito obtuvo su autonomía. A tono con esa tendencia general, la concurrencia fue apenas al 14 por ciento.

De los 524.040 ciudadanos no argentinos habilitados para votar, únicamente 77.250 ejercieron su derecho al voto este domingo. La mayoría del padrón pertenece a comunidades de venezolanos, bolivianos, paraguayos y peruanos.

Esta tendencia se asemeja a dinámicas observadas en otros países, como Estados Unidos, donde los residentes extranjeros a menudo, aunque parezca contradictorio, favorecen candidatos outsiders o que promueven políticas migratorias estrictas, un perfil que Adorni parece encarnar en cierta medida.

Los porcentajes de votos obtenidos en el sufragio extranjero refleja en gran medida la tendencia general observada en el distrito porteño, que expresa que el electorado afín a las ideas de derecha y centro-derecha resolvieron darle un claro respaldo a la opción libertaria.

En las últimas elecciones generales de 2023, la pulseada al interior del voto migrante era de mayor paridad. El entonces candidato a jefe de Gobierno, Jorge Macri (PRO), había conseguido el primer lugar en esta mesa con el 33% de apoyo, con 4275 votos positivos. Nuevamente, Leandro Santoro quedó en segundo lugar, con el 30,93%, con 3903 de los votos. Mientras que Ramiro Marra, que entonces era el candidato de La Libertad Avanza (LLA), había logrado el 26,51%, con 3346 de los sufragios positivos.



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