Cultura | Recuperación de un tradicional patrimonio porteño
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Avanza la expropiación de la Confitería del Molino
La Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado de la Nación aprobó el proyecto de la ley que impulsa la rehabilitación de la confitería, y la instalación de un museo histórico y un centro cultural para jóvenes artistas. Por Belén Sosa Buenos Aires, 8 de setiembre de 2012. Después de muchos años de abandono, procuran crear en la tradicional Confitería del Molino un museo histórico y un centro cultural. La rehabilitación y uso público del edificio se hará realidad si prospera en el Congreso Nacional el proyecto de ley que promueve su expropiación por su "valor histórico y cultural". El miércoles de esta semana la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado nacional emitió dictamen favorable a la iniciativa.
La idea fue presentada por el senador porteño Samuel Cabanchik (ProBAfe), quien pidió la urgencia de su tratamiento en la comisión de Presupuesto y Hacienda, a donde fue girado el dictamen. El presidente de dicha comisión es Aníbal Fernández (FPV) quien asumió el compromiso público de firmarlo la semana próxima.
Cabanchik manifestó su satisfacción por "haber dado un paso muy importante para que la Ciudad vuelva a contar con esta tradicional Confitería, en donde además funcionará un museo histórico y un centro cultural para jóvenes artistas, en una esquina tan significativa para los porteños y para todos los argentinos”. El proyecto recoge una antigua demanda de organizaciones sociales porteñas.
El proyecto aprobado autoriza al Poder Ejecutivo Nacional a adquirir el inmueble "a un precio que no exceda lo establecido por el Tribunal de Tasaciones de la Nación" y establece que el PEN transferirá sin cargo al patrimonio del Congreso de la Nación el inmueble, así como los bienes muebles, instalaciones y bienes intangibles.
En parlamento nacional, por su parte, deberá crearse la Comisión Administradora del “Edificio del Molino”, que oficiará como su órgano de representación, dirección y administración.
Un poco de historia
Como es público, La Confitería del Molino fue sede de una histórica confitería, pastelería, bar y restaurante ubicada frente al edificio del Congreso Nacional, en el barrio de Balvanera de la Ciudad de Buenos Aires.
Fue inaugurada el 9 de Julio de1916 (con algunas partes aún inacabadas) y cerró sus puertas en 1997. El conjunto arquitectónico fue declarado Monumento Histórico Nacional también en 1997 (Decreto 1110/97).
Hacia 1850, Constantino Rossi y Gaetano Brenna (éste último un prestigioso pastelero italiano especializado en la fabricación de pan dulce) eran los propietarios de la denominada Confitería del Centro, ubicada en la intersección de la Avenida Rivadavia con la calle Rodríguez Peña (en ese momento las calles se llamaban "Federación" y "Garantías" respectivamente).
Tras la instalación en las cercanías del negocio del Molino Lorea, el primer molino harinero instalado en la ciudad, el establecimiento tomó la denominación de Antigua Confitería del Molino.
En febrero de 1905 la confitería comenzó a funcionar en un local frente al Congreso Nacional. En 1910 había finalizado la construcción de la Plaza del Congreso, y Brenna, ya en sociedad con los Rocatagliatta necesitaba un nuevo edificio para unificar sus locales por lo que solicitó al arquitecto Francisco Gianotti (constructor también del actual Banco Comafi y de la Galería Güemes, ambos en Buenos Aires) un proyecto que fusionara las distintas propiedades en un solo conjunto, con la exigencia de que las obras no interrumpieran la atención a los clientes.
El encargo, para destinarlo a edificio de renta, incluía la remodelación del situado en la Avenida Callao 32, adquirido en 1909, y que poseía planta baja y cinco pisos, y la construcción de otro sobre Rivadavia 1815 que Brenna había comprado en 1911. Con estas obras quería presentar una nueva imagen de la empresa pastelera y a la vez adecuarse a la estética de la zona.
Finalmente Cayetano Brenna la inauguró en 1917 (tal como puede verse hoy) en el mismo solar y con el nombre de Nueva Confitería del Molino, en la intersección de Rivadavia y Callao, frente al en ese momento flamante edificio del Congreso Nacional.
El edificio fue incendiado durante el golpe de estado de 1930 y luego reconstruido. En 1938 fallece Brenna, y el negocio pasa a ser de Renato Varesse hasta 1950 y luego de Antonio Armentano hasta 1978. Armentano es quien vende el fondo de comercio y la marca a un grupo de personas que mas tarde presentaría la quiebra. Los nietos de Cayetano Brenna compran la confitería y, con algunas modificaciones (incluyen un salón bar y un mostrador para comidas rápidas, siempre respetando la arquitectura del edificio), logran mantenerlo.
En la década de 1990 comienza a decaer el negocio. En 1992 es declarado Área de Protección Histórica (APH) de la Ciudad de Buenos Aires, pero eso no pudo detener la debacle. El 24 de enero de 1997 cerró sus puertas. Desde ese momento se suceden varios proyectos para su reapertura, que hasta el momento no ha podido llevarse a cabo. Como antecedente del actual dictamen comentado más arriba, en octubre de 2010 la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados se pronunció a favor de la expropiación.
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