Cultura | En Caballito

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Nuevo Centro de Desarrollo de Biotecnología

El nuevo Centro de Desarrollo de Biotecnología (CeDeBio) de la Fundación Instituto Leloir (FIL) fue inaugurado el miércoles en el barrio porteño de Caballito. La Fundación Instituto Leloir (FIL), en la que se desempeñan 90 becarios, 23 jefes de laboratorio y 60 investigadores asociados del CONICET, lanzó su CeDeBio con el objetivo de ayudar a transformar ideas en proyectos hasta materializarlos en bioempresas competitivas. Por Mariela Sosa
Buenos Aires, 15 de diciembre de 2023. Durante un acto realizado en las flamantes instalaciones de la incubadora ubicada a pasos del Parque Centenario, destacadas personalidades del ambiente científico, académico y empresarios y referentes del área de la ciencia y la biotecnología, pudieron recorrer las instalaciones de CeDeBio, un entorno preparado especialmente para contribuir al nacimiento de nuevas empresas de base biotecnológica a partir de descubrimientos y know-how desarrollados tanto en la FIL como en instituciones externas.

Según informó hoy la FIL, la iniciativa es administrada por Inis Biotech, la oficina de vinculación y transferencia tecnológica de la fundación, y se encuentra en un espacio de 740 metros cuadrados en el que se ofrecen laboratorios, áreas de ambiente controlado, sala de conferencias y oficinas. Además, brinda acceso a la infraestructura, el equipamiento y a las redes de conocimiento y plataformas tecnológicas que funcionan en la FIL.

Según el Primer Censo Argentino de Empresas de Nano y Biotecnología, en el país existen 340 compañías biotecnológicas, 140 de ellas startups creadas a partir de 2015, que durante 2022 facturaron más de 1.300 millones de dólares y generaron casi 20.000 puestos de trabajo. En este contexto, el objetivo del nuevo centro es "ayudar a transformar ideas en proyectos hasta materializarlos en bioempresas competitivas", indicó la fundación.

A su vez, señalaron que CeDeBio "busca nutrir startups o empresas emergentes en estadio temprano para lograr su máximo potencial", a partir del establecimiento de redes con "instituciones de investigación, empresas del sector farmacéutico y biotecnológico, locales e internacionales, y el sector público de ciencia y tecnología".

"Llegar hasta acá no fue nada fácil, pero siempre tuvimos en claro que fomentar las tecnologías innovadoras es indispensable hoy, lo fue antes y lo va a ser siempre. En un mundo donde los emprendimientos biotecnológicos mejoran la calidad de vida de las personas, es clave impulsar el establecimiento de estas tecnologías", señaló Fernanda Ceriani, presidenta de Inis Biotech. Para eso es que el Instituto Leloir primero armó su oficina de transferencia tecnológica y después creó este espacio”, señaló Fernanda Ceriani, presidenta de INIS e investigadora del CONICET, quien resaltó la visión pionera de la FIL que, en 2006, creó INIS “cuando todavía no se sabía que forma tenía la vinculación tecnológica en la Argentina”. La también jefa del Laboratorio de Genética del Comportamiento de la FIL e investigadora del IIBBA agregó: “Esperamos y confiamos en que el hecho de estar tan cerca de un lugar como la FIL, donde hay mucha gente pensando todo el tiempo y con un montón de capacidades instaladas, hagan del CeDeBio un lugar especial como incubadora de empresas”.

Por su parte, el biotecnólogo Ignacio Sartori, gerente de Inis Biotech, aseguró que "hoy queda claro que los países compiten por la economía del conocimiento, y nosotros nos posicionamos en base a eso".

En este sentido, destacó: "Queremos ver florecer un vibrante ecosistema de emprendimientos biotecnológicos, que en sus estadios más tempranos puedan hacer comunión con la FIL y nutrirse del nivel académico y científico que tenemos a sólo 20 metros de distancia". "Favorecer esa interacción es uno de los valores agregados que podemos ofrecer desde este espacio", concluyó Sartori.

Según explicaron sus mentores, el CeDeBio busca nutrir startups en estadio temprano para lograr su máximo potencial.  En ese camino aspiran a establecer redes con instituciones de investigación, empresas del sector farmacéutico y biotecnológico, locales e internacionales, y con el sector público de ciencia y tecnología. Estiman que el período óptimo de incubación de las empresas es de dos años, con un máximo de tres.


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