Buenos Aires, 15 de abril de 2022. Luego de reclamar en febrero que se declare la emergencia de la actividad, ante la fuerte caída en el número de vehículos activos, el Sindicado de Peones de Taxis realizó esta semana varias protestas con concentraciones y asambleas en los accesos a la ciudad, en rechazo del uso de las aplicaciones móviles para el transporte de pasajeros.

"Ya estamos en un nuevo plan de lucha, estamos en asambleas en todos los puntos de accesos a la Ciudad de Buenos Aires, en rechazo al transporte ilegal de las empresas de transporte por internet y las Apps ilegales como Uber", adelantó a primera hora de la mañana Jorge García, secretario general del Sindicato de Peones de Taxis.

Las protestas de los taxistas se realizaron en las esquinas de las avenidas 9 de Julio y San Juan (Constitución); 9 de Julio y Avenida de Mayo; al pie de los puentes Nicolás Avellaneda en el barrio de La Boca y Pueyrredón; en General Paz y Rivadavia y en la intersección de las avenidas Lugones y Udaondo, entre otros.

La medida de fuerza de los conductores de taxis -que generaron largas demoras en el tránsito vehicular, desde y hacia el centro porteño- se desarrollaron con una fuerte presencia de efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, quienes intentaron impedir el corte total de tránsito por parte de los manifestantes.

El Sindicato de Peones de Taxis de la Ciudad de Buenos Aires alertó en febrero sobre un "combo fatal" que sufre la actividad y pidió al gobierno porteño declarar el estado de emergencia. "Las unidades amarillo y negras empezaron a escasear, incluso en momentos en los que el transporte público estaba limitado por las restricciones sanitarias", aseguraron desde el gremio. Actualmente, circulan unos 15.000 taxis, cuando hace unos años eran 38.000 los que estaban en servicio.

Desde el sindicato afirman que en los últimos años se produjo un "combo fatal" para la actividad. En primer lugar, culpan a la masificación de las aplicaciones de transporte, cuya llegada había originado protestas de taxistas en varias oportunidades. Luego se sumó la pandemia, con mucha menos gente con necesidad de trasladarse, haciendo caer la demanda, y obligando a muchos choferes a dedicarse a otra cosa por no poder mantener los gastos.

Después de la pandemia, hay un 60% menos de vehículos de los que podrían estar en actividad, según datos recolectados por la prensa. Hoy, por las calles porteñas circulan unos 15.000 taxis, cuando hace unos años eran 38.000. La realidad es que la actividad de los taxistas está en emergencia y, según advierten los más pesimistas, con riesgo de extinguirse más temprano que tarde, por varias causas.

Ocurrió que ingresaron al país las aplicaciones ilegales, pero también que en pandemia muchos choferes y dueños migraron a otras actividades porque se volvió carísimo mantener el auto sin recaudar lo necesario por la crisis sanitaria.

Hay que tener en cuenta que el taxi es el único servicio de transporte público que no recibe ningún subsidio del Estado. Todos los consultados se sienten abandonados por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y lo hacen oir en sus manifestaciones aunque hasta ahora no obtuvieron respuesta.

La diputada Mara Brawer presentó un proyecto para que los licenciatarios puedan acceder a un auto 0Km de industria nacional con exenciones impositivas que tiene chances de salir y estaría consensuado con Juntos por el Cambio, pero mientras tanto el sector está en terapia intensiva y los que más sufren son los denominados peones de taxis.

Por ejemplo, Fabián Gustavo Buzzurro ya pasa largamente los 50 años y tiene décadas como taxista. Pero alquila el auto. Le encantaría vivir sólo como tachero, pero no puede.

Cada día, le tiene que dar 6.300 pesos al dueño del auto para que se lo dé para trabajar. "El costo del alquiler lo hago en 13, 14 horas. Si tengo suerte, en 12. Pero tengo mil pesos de gas y mil de comida. Eso me lleva a gastar unos 8.000 pesos por día aunque trabaje 15 horas porque lo que me queda de ganancia, me paga el viaje de ida y vuelta a mi casa", contó. Su segundo trabajo es como encargado en un garage en Flores. El que le permite pagar los gastos fijos.

Fabián duerme dos horas por día. Sabe que sobrevive, que la suya no puede denominarse una vida. Dice que muchos de sus compañeros peones pasaron a trabajar en aplicaciones, que a su modo de ver -que comparten todos los consultados- son las que van a extinguir la actividad del taxi en CABA si el Estado no hace nada al respecto.

Aunque los gremios reconocen que a un peón de taxi se le cobra en promedio entre 4.500 y 5.000 pesos el alquiler del auto por día, según el convenio colectivo de trabajo debiera funcionar de otro modo: el chofer le tendría que dar al dueño al final del día el 35% de la que recaudación. Pero hay mucha informalidad y la necesidad tiene cara de hereje.

Marcelo Mezotero, integrante de la Asociación de Taxistas de Buenos Aires, pone la crisis en números. "El Parque Automotor de CABA tiene 38 mil licencias y 25.000 renovadas. Son números aproximados. Creemos que unos 10.000 autos dejaron de trabajar, eso es alrededor de un 60% menos", explicó.

"El sistema de aplicaciones fuga cientos de millones de dólares que podrían ir, por ejemplo, a vacunas. Es impresionante. Vos hacés un viaje de mil pesos y el 30% va a la aplicación. Y Larreta tiene un discurso ambigüo, dice que son ilegales, pero no las combate".

Mezzotero hace hincapié en el que el taxi es el único medio de transporte público que no recibe subvenciones del Estado. En ese sentido, están ilusionados con que prospere el prospere el proyecto de ley que inició Daniel Filmus y continuó Mara Brawer para la modernización de la flota de taxis.

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