Cultura | La historia de las Abuelas de Plaza de Mayo, narrada para niños

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Las Abuelas no son cuento

Con el objetivo de explicarle a las nuevas generaciones la labor de las Abuelas de Plaza de Mayo se publicó un libro que narra desde amor el período más oscuro del país. La emblemática lucha de las "Abuelas de Plaza de Mayo" es recuperada en un libro ilustrado homónimo, dirigido a primeros lectores, que recupera la historia de ese grupo de mujeres que se propusieron encontrar a los niños apropiados durante el régimen cívico militar más sangriento del país. Por Belén Sosa Buenos Aires, 25 de marzo de 2016. Contar una tragedia desde el amor y así echar luz sobre la última dictadura de Argentina, el período más oscuro del país. Ese es el fin de los autores de Abuelas de Plaza de Mayo para chic@s, libro que busca explicar de forma didáctica a los niños la labor de la popular organización de derechos humanos.

"Esta historia que te vamos a contar es como un puchero", comienza la obra. En la cacerola, mezclamos todos los ingredientes: algo de tristeza y dolor, pero también mucho de paciencia, valentía y coraje, más una pizca de creatividad y una esperanza que se desborda", se lee en el preámbulo de "Abuelas de Plaza de Mayo". Y continúa: "Como cualquier receta en casa, tiene un condimento secreto que hace diferente su sabor: el amor de abuela".

Abuelas de Plaza de Mayo es una organización de derechos humanos fundada en 1977 que tiene como finalidad localizar y restituir a sus legítimas familias todos los niños secuestrados o desaparecidos por la última dictadura cívico militar argentina (1976-1983), y sus fundadoras son las protagonistas de la obra que integra la serie "Aventureros", de la editorial Sudestada.

"Partimos desde el profundo respeto y admiración que nos generan estos casi 40 años de búsqueda", explicó la autora, Vanesa Jalil, y añadió: "Ellas, a través de su historia, enseñan valores que son necesarios recuperar, como el amor, el coraje y la valentía".

A pesar de que el inicio del libro está abocado a explicar qué sucedió durante el Gobierno de facto y define conceptos como "revolución", "dictadura" y "desaparecidos", el foco de la historia vira rápidamente a la "búsqueda desde el amor", tal como lo explica la escritora. La obra narra las peripecias de las abuelas que, aún en la dictadura, se disfrazaban y buscaban trabajos para estar cerca de sus nietos apropiados, y también se concentra en algunos reencuentros.

La publicación de Sudestada -ilustrada por Julio Ibarra, con textos de Vanesa Jalil y diseño de Repo Bandini- forma parte de la colección Aventurer@s que se propone viajar por la historia argentina y rescatar figuras emblemáticas con títulos como "Julio Cortázar" y "María Elena Walsh".

El libro que se presenta a cuatro décadas del golpe de Estado que en siete años dejó un saldo de 30 mil desaparecidos, busca "combatir al miedo y al olvido con lágrimas y sonrisas, para reconstruir una Argentina de a poquito, como un gran rompecabezas", señala el prólogo "Amor de abuela".

Con un lenguaje directo y simple, el libro reúne testimonios de nietos recuperados -119 de unos 500 apropiados- y repasa la lucha de la organización de Derechos Humanos que sentó precedente al exigir la creación de un banco de datos genéticos para comprobar y recuperar la identidad de esos niños.

Guiados por adultos los primeros lectores podrán conocer en estas páginas desde la confusión y desamparo de las primeras rondas a la Pirámide de Mayo -cuando "las mamás de los jóvenes que desaparecían por culpa de la dictadura, comenzaron a salir a la calle"-; pasando por 'el índice de abuelidad' (el examen de sangre que comprobaba el parentesco de los niños); hasta el reconocimiento de su lucha por "Memoria, Verdad y Justicia".

¿De dónde vienen los pañuelos blancos con que hoy se las reconoce en todo el mundo? Los pequeños lectores aquí se enterarán: eran los pañales que se ponían estas madres y abuelas para reconocerse en la plaza adonde se reunían para intercambiar información y tratar de encontrar a sus hijos y nietos.

¿Por qué las rondas? Por esos años, de 1976 a 1982 estaba prohibido reunirse en la vía pública, así que ellas caminaban, se movían, mientras hablaban en clave porque el peligro era mucho: los "cuadernos" eran los nietitos secuestrados, "las chicas" eran las madres y "las tías viejas" eran ellas.

"La primera vez que fui a la Plaza, yo temblaba como una hoja. Había tantos militares, tantos caballos. Pero las Abuelas seguían caminando y me decían: 'No te va a pasar nada, seguí sin miedo, estamos juntas'", recuperan en un textual de Estela de Carlotto, directora de la agrupación.

La historia de Paula, secuestrada junto a sus padres -Claudio y Mónica- cuando tenía dos años, en 1978, y recuperada por su abuela Elsa que la reconoció cuando la nena de siete años volvía de la escuela a la casa de sus apropiadores; se cruza aquí con la de Laura, la de Jimena o la de Manuel, hoy adultos, muchos de ellos ya padres, que como tantos otros niños de entonces pudieron recuperar su identidad a partir del trabajo inclaudicable de las abuelas.

Este volumen se completa con propuestas detectivescas como investigar qué libros fueron prohibidos en aquellos años de plomo y la invitación a curiosear en los títulos que les gustaría leer entre otras actividades compartidas para grandes y chicos.

Y en la última página un árbol genealógico invita a los lectores a completar su ascendencia familiar, un cierre que promete una apertura: la búsqueda y reconstrucción de la identidad individual y, con ese simple acto de memoria, la recomposición de ese gran mosaico que es la historia de un país.

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